Dibujar en un trozo de papel

Sentado en una cafetería cualquiera. Tomando una infusión. Solo. Cavilando.
Sé que tengo un lápiz en mi maleta y un bloc de notas. Siempre lo llevo para apuntar cosas. Chorradas, la mayoría de veces. Dibujitos cuando me aburro en alguna reunión. La lista de la compra y esas cosas. Pero hoy no, hoy estoy dispuesto a escribir 4 frases que van a determinar el nuevo rumbo en mi vida, así que los desenfundo como un cowboy dispuesto a disparar.
Estoy tan vivo, tan lleno de sensaciones especiales por sacar y disfrutar que tengo que exteriorizarlas.
Algo trascendental me ocurre, lo sé porque sólo me pongo así de intenso cuando me pasan esas cosas que te vuelven una persona preclara, con metas en tu vida, todas ellas más que al alcance de tu mano, aunque estén a parsecs de aquí. O incluso a eones...
Ya estoy ordenando todas esos pensamientos.
Todo empieza con una nueva luz al final de un largo camino. Todo me lleva a pensarme a mí mismo como la mejor versión posible de mí, con superpoderes incluidos. Los que tengo y los que voy a conseguir, por supuesto.
El camino está lleno de dificultades que voy a sortear, porque todas las cosas en mi vida van a empezar a girar en la dirección correcta, sin lugar a dudas.
Mientras lo voy andando en mi cabeza, ese camino se hace más amplio, y más lleno de cosas que me hacen seguir avanzando, porque todas ellas son lo que quiero y necesito para ser quien debo ser.
Me siento bien conmigo mismo, estoy emocionado con el giro inesperado que va a tomar mi vida y lo lógico de toda esta progresión geométrica de mí mismo y ahora que lo veo claro apunto mi lápiz al bloc para empezar a escrib...
En ese momento, mis ojos observan que mi mano ya ha hecho todo el trabajo en el centro de la página abierta del bloc, mientras mi mente creía que era ella quien dominaba la situación...
Dejo el lápiz al lado del bloc, casi con reverentemente, y una inmensa sonrisa me ilumina la cara mientras observo el giro ineperado que acaba de dar mi vida. Me siento vivo. Estoy bien. Sonrío.
Me acabo mi infusión y me levanto de la silla para irme a casa.
Cojo el teléfono y abro el "wassá" y para escribir un mensaje, el que de verdad quería escribir:
    "Mensaje a ignorar según lo leas... Échote de menos..."
Y acto seguido envío un par de emoticonos:
    "Una sonrisa y una rosa"
Guardo el móvil.
Estoy deseoso de recibir un sencillo "jijiji" por respuesta. Por que sé perfectamente que no voy a recibir otra cosa. Y no me importa. Lo más mínimo. Me parecerá realmente perfecto. Lo sé.
Estoy sonriendo por la calle y camino con toda la fuerza que me da esa página en mi bloc. Que no es poca.
Camino casi saltando con la alegría que me da esa espera tonta de una respuesta tan sencilla.
Suena el aviso de un mensaje. Mi cara estalla de felicidad.
Hoy ha merecido la pena, ha sido un buen día. (Tal vez debería cambiar mi estado en el wassá...)
^_^