Anodino

Se va. Todo desaparece, siento un fundido en negro a todo mi alrededor.

Un corazón excesivamente grande. Unas paredes que no soportan la presión. Una ventanas cegadas desde dentro. Mecanismos atrofiados que saltan y se parten en pedazos antes de lo debido. Y eso sólo lo tangible. Lo físico.

Rechazo, culpa, distancia, sufrimiento, egoismo, impaciencia, llanto, dolor, vacío y más culpa.

No queda ya nada de mí. He quedado limpio, tanto que no queda ni la carcasa. Ha sido completamente corroida.

Todo se acelera y se detiene a la vez.

¿Descubrirán todas mis mentiras?¿Y con ellas, toda mi verdad?

No importa. No debería importarme, sin embargo, les haré daño incluso muerto. Tal vez, más por omisión que por la verdad propiamente dicha. Pero aún así soy capaz de hacer daño hasta una vez pasado el límite.

El calor abrasador deja paso a la sensación de levitación. Una sensación de estar en una nube y de ser parte de ella.

Es un alivio partir. Incluso si el viaje acaba sólo con empezar. Es un alivio acabar con todo de una vez. Tumbado, exhalando el último aliento ya no soy cobarde, lo que me convierte en el más cobarde de todos. Sonrío. Soy tan cobarde que me siento aliviado por no tener que seguir enfrentándome a todo lo que perturba y aterra... perturbaba y aterraba...

¿Ser libre de cobardía es ser feliz?¿O también es requisito estar muriendo para que la ecuación sea realmente válida?

Y justo cuando todo es paz, calma, frescor, una idea en mi cerebro se aclara. La idea con la que me voy. La idea con la que escribir mi epitafio.

"Una existencia anodina no acaba, pues, en realidad, nunca comenzó..."

Así que no tiene sentido ni siquiera decir adiós.


Así uno muere por dentro...

sufrir.
(Del lat. sufferre).
1. tr. Sentir físicamente un daño, un dolor, una enfermedad o un castigo.
2. tr. Sentir un daño moral.
3. tr. Recibir con resignación un daño moral o físico. U. t. c. prnl.
4. tr. Sostener, resistir.
5. tr. Aguantar, tolerar, soportar.
6. tr. Permitir, consentir.
7. tr. Satisfacer por medio de la pena.
8. tr. Oprimir fuertemente con alguna herramienta adecuada la parte de una pieza de madera o de hierro opuesta a aquella en que se golpea para encajar otra, fijar un clavo o formar un roblón.
9. tr. Someterse a una prueba o examen.
10. intr. ant. Contenerse, reprimirse.

esperar.
(Del lat. sperāre).
1. tr. Tener esperanza de conseguir lo que se desea.
2. tr. Creer que ha de suceder algo, especialmente si es favorable.
3. tr. Permanecer en sitio adonde se cree que ha de ir alguien o en donde se presume que ha de ocurrir algo.
4. intr. No comenzar a actuar hasta que suceda algo. Esperó A que sonase la hora para hablar.
5. intr. Dicho de una cosa: Ser inminente o inmediata. Mala noche nos espera.
6. intr. Poner en alguien la confianza de que hará algún bien. Espero EN ti.

añorar.
(Del cat. enyorar).
1. tr. Recordar con pena la ausencia, privación o pérdida de alguien o algo muy querido. U. t. c. intr.

llorar.
(Del lat. plorāre).
1. intr. Derramar lágrimas. U. t. c. tr. Llorar lágrimas de piedad.
2. intr. Manar de los ojos un líquido. Me lloran los ojos.
3. intr. Dicho de la vid al principio de la primavera: Destilar savia. U. t. c. tr.
4. tr. Sentir vivamente algo. Llorar una desgracia, la muerte de un amigo, las culpas, los pecados.
5. tr. Encarecer lástimas, adversidades o necesidades, especialmente cuando se hace importuna o interesadamente.

agonía.
(Del lat. agonĭa, y este del gr. ἀγωνία, lucha, combate).
1. f. Angustia y congoja del moribundo; estado que precede a la muerte.
2. f. Pena o aflicción extremada.
3. f. Angustia o congoja provocadas por conflictos espirituales.
4. f. Ansia o deseo vehemente.
5. f. Lucha, contienda.
6. f. pl. u. c. sing. com. Persona apocada y pesimista.

dolor.
(Del lat. dolor, -ōris).
1. m. Sensación molesta y aflictiva de una parte del cuerpo por causa interior o exterior.
2. m. Sentimiento de pena y congoja.

No se puede vivir así.... Porque así, uno muere por dentro........... v_v



Gravitación Universal

Imaginemos un papel arrugado. Gigante. De dimensiones descomunales. Y nosotros puestos encima tan tan tan ridículamente pequeños que no tenemos la posibilidad de apreciar esa rugosidad.
Aún así, no somos capaces de escapar de ella y lo queramos o no, siempre estamos en movimiento hacia algún lugar donde la inclinación de nuestra "arruga" nos lleve. Como un tobogán.
¿Qué margen de decisión nos deja esa situación?
Casi ninguna. Ante tan colosal juego infantil, no podemos hacer más que dejarnos llevar o intentar frenar la bajada. O tal vez haya alguna otra posibilidad...
Siendo un recorrido tan largo el que estamos realizando, y visto que la inclinación del mismo no lo podemos controlar nosotros... Qué ocurre con la dirección y el sentido de ese recorrido? Yo puedo inclinarme hacia un lado y cambiar ligeramente el rumbo. O puedo inclinarme con más ganas y cambiarlo más pronunciadamente. O puedo estarme quieto y dejar que el sentido actual sea el correcto.
También puedo quejarme por el sentido actual, o por tener que esforzarme en inclinarme.
Hay tantas decisiones que uno puede tomar. incluso uno puede tomar la decisión de no estar de acuerdo con sus propias decisiones.
¿Qué puede ocurrir si nos da por inclinarnos?
Pues no lo sé. Ni tú tampoco. Ni el otro tampoco. Puedes colisionar con otras personas. Puedes interaccionar amablemente en ese descenso con esas personas, intentar cooperar para poner un rumbo similar, intentar arrollarlos para poder seguir tu camino sin molestas molestias, dejarlos pasar sin que se percaten que podían haber interactuado. Las combinaciones pueden ser muchas y cada una de ellas puede llevar a muchas nuevas preguntas y repuestas.
También puede ser que mientra cambiamos de rumbo lleguemos a un cambio de rasante y entremos en un plano nuevo con una nueva inclinación y una nueva perspectiva completamente distinta de lo que era nuestra primera parte del viaje.
Y tal vez, quien sabe, comprender que acabamos de cambiar de zona arrugada y ser capaces de ver el papel, sino completo, al menos una porción. Para comprender que somos pequeños puntos diminutos que siguen las normas de la gravedad, pero que esa misma gravedad tiene sus propias reglas que se pueden incumplir... O que parezca que las incumplimos mientras buscamos nuestra arruga definitiva.
Puede que una vez lleguemos al fin de ese descenso, nadie nos recuerde o puede que todos aquellos que han interactuado con nosotros sí lo hagan, de una forma u otra. Puede que al final nos encontremos todos en la intersección de las arrugas o puede que rearruguen el papel y nunca dejemos de descender (lo que tarde o temprano se ha de confundir con ascender.... creo...). No lo sé. No tengo respuestas.
Lo único que sé es que un tobogán puede ser muy divertido si todo lo usamos para un mismo fin. Ser felices... ^_^
¡¡Feliz Gravedad Universal a todos!!